viernes, 25 de febrero de 2011

La pregunta indiscreta

¿Qué has hecho hoy para estar donde quieres estar?
Porque al igual que yo te has quejado, te has indignado porque ves que otros están donde crees deberías estar tú, pero qué has hecho tú para llegar.

Tal vez nada, igual que yo, tal vez por eso, al igual que yo, evitas hacerte esa pregunta.

O tal vez, no estás tú, sino soy yo en el reflejo del fondo de mi tazón de ceral

mmmm ¡¡¡Cereal!!!!

Voy a cenar.

lunes, 21 de febrero de 2011

Garabatos de ukelele.

Hay días,
a veces horas,
a veces meses,
A veces años.
Más pasa el tiempo y menos logro,
pero hay  tiempo que  fluye, que gira, que va
que viene,       y algunos grupos de         tiempo,
momentos,       cortos, o largos, hay           veces,
simplemente veces.
Hay veces que tengo una cosa,
o varias, o tantas que no digo que son
palabras o ideas, o sentimientos. Hay veces que
las letras se me atascan en la lengua como trabas de
una puerta, como piedras de un riñón.
Tan solo a veces.
Cuando siento vida,
cuando huelo muerte,
cuando veo luz.
Cuando la miro,
le escapo,
la busco
la odio.
Hay veces.


Hay sucesos, momentos, tiempos.
Hay ocasiones en que quisiera componer
canciones,
versos,
estrofas,
sonetos binumerados,
frases célebres.
Tantas cosas que me valen escribir una canción.
Tan valiosas que una palabra no es bastante,
ni dos,
ni tres,
Ni las 140 letras de un twitter,
ni las 12 silabas de un alexandrin.


Pero  persiste  un tapiz, una  condición  inicial,  una  señal  portadora, un lienzo
Las ganas  de a  diario  de  hacer algo que  dure, que  viva, que  se  expanda
Una palabra tras otra en la combinación exacta, en la distribución perfecta
la posición idónea para entrar en tu mente, en tu oído, en tu boca,
para saltar de esta palma estriada, húmeda, muerta
Esta rama del abeto de mis mañanas frías
la mirilla de mi puerta abierta
la ventana de mi mazmorra
la chimenea de mi pórtico
el acorde de mi silencio
la pata de mi repisa
la que no está.
la que no ríe
la que va
la bella

sábado, 19 de febrero de 2011

Hacktivismo y el despertar de una (1) consciencia

Me declaro un ávido fan de las nuevas tecnologías. Vaya, que a eso me dedico, porque siempre he sido asombrado por las maravillas que inventamos. Hay más excusas en el mundo que razones para quejarse, y es por eso que hoy quiero compartir uno de mis asombros recientes.

Verán, mi primer contacto con la Internet lo tuve a los 14 años en una exposición en el museo tecnológico de la CFE en Chapultepec, México. Para los que no lo conozcan, lo pondré de este modo: Mi primer contacto con Internet fue a los 14 años en una computadora de una exposición en un museo enorme. Además, bueno, no era como que estuviera a la vuelta de la esquina, sino al otro lado de la ciudad, y lo primero que hice fue obtener una cuenta de correo en un sitio que creo que ya ni existe. Me suscribí a boletínes, y a páginas de refrescos, juguetes, música etc. Recuerdo que después visitaba los cibercafés solo para volver a ver mis 5 websites frecuentados.

Desde ese momento he ido recorriendo los servicios que van apareciendo. Del correo pasé al Messenger, luego encontré los Foros, luego los Blogs, y así hasta llegar a mi primera red social. Era un sitio donde "todos" estaban. Encontrabas sus fotos, y veías lo que decían, que si estaban aburridos, que si tristes, que si ya se habían contentado con el/la novio/a etc. La verdad es que solo saqué mi cuenta del hola 5 para estar en la lista. muy sinceramente se me figuraba una enorme pérdida de tiempo (lo admito, me aburría!).

De ese día en adelante clasifiqué a las redes sociales como una pérdida de tiempo. Un lugar patético donde los que no podían decir, hablaban para sentirse escuchados. La verdad pensaba en eso y me daba pena, pero tenía mi cuenta.

Hoy me alegro al ver que las redes sociales siguen siendo el lugar donde los que no pueden hablar, hablan. Pero ya no cuentan si su osito se perdió, o si su mamá los regañó. Ahora decimos lo que pensamos, y nos hacemos escuchar desde ahí. Ahora "los de a pie" hablamos al nivel de "los de arriba" y nos hacemos escuchar. Una persona es tan insignificante que se ha demostrado su gran poder en estas semanas. Pero no es que una persona sea más fuerte, es que vemos que no estamos solos, que somos miles los que pensamos del mismo modo, y nos reunimos y 1000 insignificantes como yo podemos contra "los que tienen nombre", porque su nombre se mancha si atacan a uno sin nombre, porque no se calla lo que hagan en contra de la razón.

Nadie tiene la verdad. Es el tiempo quien decide quién la tuvo. Por ahora la historia se escribe por nombres y fechas, pero parece ser que la historia también se escribe sin nombres, pero con fechas. Las redes sociales, la internet, los espacios abiertos, nuestras libertades serán las que definan nuestra historia, porque no tenemos un nombre, y eso es lo más poderoso que podemos tener.

atte:
Los dedos cansados de una mente despierta que solo quería decir su opinion.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Recuerdo de una fonda.

Al día de hoy ya no se cuantos años han pasado. Creo que si hiciera un esfuerzo en este cacharro oxidado que es mi memoria podría recordar el año en que te vi por vez primera.

Lo que si tengo presente es tu rostro claro, tus labios tiernos y tu mirada extraviada en el horizonte. ¡Caray!, hasta recuerdo tu manera de masticar la comida. Recuerdo un día de finales de octubre, en un aburrido lugar de siempre. Recuerdo esto y otra cosa. Tu suéter rojo, tu bufanda a rayas café y tu jeans deslavado azul.

A cada instante llegan los flashazos a mi  pupila distraída y cansada. Una gota de alegría se desliza finalmente por esta mejilla arrugada, y todo porque hoy frente a mi mesa se sentó una jovencita de pelo castaño, jeans azul,  bufánda a rayas rojas y suéter café. Porque su perfil de reojo me pareció conocido y ya su masticar de frente me pareció tierno y familiar.

Pero quizá, la razón por la que hoy te recuerdo en aquella banca fría de mañana o en aquella mansión mojada o en tu casa desvelada, es el haberme olvidado ya de mi nombre, de mi vida y mi dirección. Todo lo que alguna vez fue mío lo he olvidado por esta tonta enfermedad. Olvidado todo lo mío queda solo lo que nunca fue, como tu suéter rojo, tu bufanda a rayas café, tu disfraz de vampiresa, tu abrazo frío, tu mirada tierna, tu postre desdeñado y esa banca fría donde por primera vez te vi y me llamaste por ese nombre que no he de pronunciar ya más...

martes, 1 de febrero de 2011

Engagée sans cesse

Ceux qui vivent le déstin marqué
avec les crayons des sorcières blanches
soufrent leur dessein, pleurent leur journée

C'est le devoir d'un être maudit
destiné à tomber une fois apres l'autre
amoureux d'une engagée...

C'est notre morte vivante, C'est notre soufrance
C'est le prix d'être réveurs reveillés
C'est le prix de croire aux fées

C'est le larme d'un coeur chanceux
qui tombe sans cesse, sans faute
amoureux toujours d'une engagée