sábado, 21 de febrero de 2009

Para no volver

Si te despides pensando que volveré,
Cierra los ojos y piensalo bien,
La vida no es un camino continuo
y no sería facil tomar una desviación.

Si tomas mi mano como un saludo,
Cierra los ojos y piensalo bien,
Porque en la vida es dificil ser fuerte
Andando con la soledad sobre los hombros.

Si miras mis ojos de frente,
y sientes que el corazón no se da cuenta,
Dejame darte la espalda esta noche,
Y marcharme con las maletas vacías,

Para no volver




Midnight writter just as inspiration comes with you

viernes, 13 de febrero de 2009

Y sin embargo

¿Sientes el aire?
Es tibio y húmedo,
huele a rosas de castilla decembrinas y a nixtamal molido

¿Ves el horizonte?
Las rosas llegan ahí,
y estos rayos marrónes de sol bañan la pradera frente al bosque

¿Sientes las rocas?
Se mueve un ciervo en los matorrales asustado,
Por eso tiembla el suelo bajo tus pies descalzos.

Cierra los ojos,
Escucha las aves que vuelan juntas de regreso a casa,
Siente el roce de las hojas en tus alas.

Confía en mí, y da un paso
no no, no abras los ojos. Ahora frente a tí hay un estanque con peces dorados.
no abras los ojos, confía en mí.

Escucha el movimiento del agua
Imagína el agua fresca al rededor de tí.
Estás buceando entre los peces y corales en un mar de Cancún.

Abre los ojos, contempla el estanque,
Prueba el chocolate tibio que te traigo, y acercate a la fogata,
Confía de nuevo y cubrete las orejas.

Lee los sonidos del mundo, el chirriar de las brasas, el burbujear del chocolate
Lee los labios de Jorge y Juan, mira a Pablo tras de tí.
Confía en tu instinto y responde a su pregunta.

Destapa tus oídos, escucha los timbales.
Siente el rítmo de la salsa en el ambiente, las trompetas y la voz de Tito.
Toma mi mano, y dejate llevar.

Siente como tu vestido vuela mientras te deslizas en la sala.
Mirame a los ojos sin prestar atención a lo demás.
Dejame cerrar mis ojos, y ahora guíame por la pista.

Disculpa que te haya pisado.
Permite que te invite a cenar.

Siente la textura del vino.
Huele el aroma del lugar, escucha las voces de los comensales.
Y cierra de nuevo los ojos y confía en mí.

Ahora, abre la ventana, y díme que ves.
Cuentame con detalle que has visto, lo que recuerdes de este día.
Despierta y cuentame que recuerdas de ese sueño.

Escribe lo que recuerdas de este cuento.

lunes, 2 de febrero de 2009

Cruzada eterna

La coraza más rígida nunca podrá lograr lo que tus parpados ardientes contra mi alma batiente.

Ocultas, proteges; incitas a mi infantería a infiltrar tu pelotón de pestañas.
Provocas del cañón un estruendo rugir de serenatas, que no consiguen perturbar ni una de tus lanzas.
Lanzas rizadas oscuras, tan largas como la agonía continua de la caballería sobre la trinchera de tus pupilas.
Es tan dificil lograr mirarte.

No hay acero afilado más mortal que tus aterciopelados velos ni tus intrincados escotes.
Son finas dagas invisibles entre la noche y la muerte.
Son pozos infinitos de escarpadas barrancas.
Nadie sabe lo que hay en el fondo, solo silencio, fuego, y muerte.

Eres capaz de invocar a los arcángeles a tu resguardo.
Convertir en pecado y en lujuria mi inocente afán.
Condenarme al calabozo más profundo de tu olvido.
Y degollar mi sombra, con la angustia de ver mi craneo sombra caer entre tus fauces.

Eres tan virgen como la siembra en sequía.
Y tan áspera como la estopa envinagrada.
Y así te espío dolorosa y atenuante.
hasta morir de tí, y renacerte.



Este poema lo dedíco a mi buen amiga Lucero, por la inspiración repentína, y su amistad.